Si ya he entendido hasta donde me es posible entender.
Si ya recibí los mensajes que me fueron aclarando los por qué.
Aquellas causas ocultas que fueron poco a poco mezclándose.
Aquella tendencia oculta que fué poco a poco afirmándose.
No puedo sacarte de mí... Si bien mi mente piensa, mi cuerpo no hace otra cosa que buscarte.
Si pudiera... si tan fácil fuera.
Te confieso que no sé por qué permaneces dentro de mí... todo grita razones para quitarte pero aún no te puedes ir.
¿Cuánto bien me haría que fueses tú quien me digas que te quieres ir? pero ni vale la pena pensar el supuesto pues sé que no es así.
Te extrano tanto... Cuando mis castillos se derrumban y sé que con tus manos abiertas me esperas.
Cuando siento frío y sé que cobijarme es lo que más quisieras.
Cuando me duele el alma y recuerdo que en tu mirada encontré la mejor anestesia.
Hermana, te extraño de veras, y si bien todo me grita que no, lo nuestro aún me espera, no sé si entiendas.
¡Cuánto quisiera que me conocieras! ¡Cuánto quisiera!
¡Cuánto quisiera que nos reencontremos! ¡Cuánto quisiera!
17-05-95
This entry was posted
on domingo, febrero 03, 2008
and is filed under
Maribel
.
You can leave a response
and follow any responses to this entry through the
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
.