Recordaré por siempre lo que para tantos es irrecordable
pero no para tí...
Conoce Dios que soñamos casi con lo mismo
con la misma hambre y sed de vivir...
No cambiaré nunca la rima de aquellos versos
que para tí escribí
y porque el pasado no cambia, si el presente lo evoca
volverá a latir...
No me digas hermana que tus ojos tan puros
cambiaron su matiz
y no digas hermana que a tu risa empaña
un escondido sufrir.
Cuando nos hallemos, hermana, del silencio haremos,
melodía sin fin...
26-01-95
This entry was posted
on domingo, febrero 03, 2008
and is filed under
m
.
You can leave a response
and follow any responses to this entry through the
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
.