Cuando te recuerdo, amiga, doy gracias al cielo
por haber creado un ser, que habiendo llegado a conocer
tan a fondo mi virtud y mi defecto
me llegue a amar ayer como hoy con amor tan puro y tierno.
Cuando suda mi alma, amiga, y siento hecho brisa tu recuerdo
cuando late el beso de tu oración, acompasando el crecer de mis proyectos
eres el signo más cercano de ese Cristo que por amor acampa en mi desierto
eres un eco lejano en que Dios me permite escucharle desde mi infierno.
04-02-94
This entry was posted
on martes, enero 01, 2008
.
You can leave a response
and follow any responses to this entry through the
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
.