Para quienes no hemos salido del armario (y no somos pocas) creo que es una premisa...
Se debe andar con mucho cuidado, y en mi caso tengo la gran contra que no me puedo andar escondiendo las cosas que me hacen bien...

Fué cómico cuando me reencontré con mis compañeros de trabajo luego de las vacaciones, ellos notaron enseguida que yo estaba diferente, me vieron más alegre, dicen que hasta se me nota otra actitud, cierta persona llegó a decirme que hasta estaba más receptiva.

Yo para mis adentros tenía ganas de gritar fuerte: ¡Sí, que me he reconocido! ¡Estoy feliz por eso!

Pero no... termino diciendo que me brota de los poros la alegría de volverlos a ver sumado a que en las vacaciones ví a mi familia de Buenos Aires que hace años no veía... y supongo que se lo terminan creyendo...

Algo me dice en mi interior que va a ser uno de los últimos años que voy a trabajar en esa escuela... pero no sé... veré qué pasa con el devenir de la vida...

Por lo pronto quiero hacer lo que debo hacer lo mejor posible: terminar mi profesorado este año y lo mejor posible. Eso me abrirá la posibilidad de cambiar de trabajo y no descarto la idea de mudarme de provincia, ya se verá... no hay por qué apurarse en decisiones tan importantes, no?

Dentro de una semana empiezan las clases con los chicos y tendré que volver al campo de batalla.

Es cómico y triste... siempre me desagradó la gente que tiene doble vida y yo estoy convirtiendome en una de esas, pero hasta ahí nomás... una vez un sacerdote me dijo que ocultar ciertas cosas no es mentir, sino resguardar la propia intimidad... me asiré bien fuerte de ese concepto.

Tal vez me esté haciendo mucho más problema del que hay, después de todo no tengo novia ni nada que se le parezca.

Bueno, saludos a todas las personas que se acerquen a éste pequeño espacio, y gracias por acompañarme en éste pequeño pero apasionante camino : LA VIDA

Besos, voy a ver si puedo comenzar a poner algo de multimedia...